En el año 2015 el Center for Disease Control (CDC) de Estados Unidos lanzaba una alerta sanitaria para que se revisaran y se cumplieran los protocolos de desinfección de los equipos médicos reutilizables, debido a la comunicación de fallos en el reprocesamiento de determinados dispositivos que suponen un riesgo para la seguridad de los pacientes. Entre los equipos médicos implicados se encuentran las sondas transcavitarias, por ejemplo, en las que se han publicado estudios que muestran la contaminación de Virus Papiloma Humano (VPH), o los fibroscopios. Se trata de dispositivos médicos con fines diagnósticos, en contacto con mucosa íntegra, que requieren desinfección de alto nivel.
Sobre este asunto, la especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública, la doctora Ana María Haro, explicó en el XXI Congreso Nacional y X Internacional de la SEMPSPH, que “uno de los problemas detectados para el incumplimiento de los protocolos de desinfección es el elevado volumen de exploraciones diarias y la alta rotación de estos equipos.”
Desde las sociedades científicas se han elaborado protocolos de desinfección teniendo en cuenta este aspecto, con alternativas al proceso por inmersión, como el uso de toallitas desinfectantes o la utilización de fundas.
“Sin embargo – insiste la Dra. Haro- es necesario evaluar detalladamente el nivel de desinfección que proporcionan estos métodos, o la protección real de la utilización de cobertores. Deben elaborarse protocolos adecuados al nivel de desinfección de requerido para cada equipo médico, adaptados a la práctica clínica, que garanticen la seguridad de los pacientes.”